Con el objetivo de ofrecer a nuestros alumnos la mejor educación en un ambiente multilingüe y multicultural, desde el Colegio aprovechamos esta efeméride tan especial que es Halloween para disfrutar y aprender de una de las festividades más antiguas de Europa. Desde su propio nombre, hasta la iconografía, las calabazas o el “truco o trato” proceden de tradiciones europeas, y no de Estados Unidos, como se cree la mayoría de la gente.
En el Colegio, entre juegos, cuentos, canciones y disfraces de esqueletos y brujas, el día 30 de octubre convertimos nuestras aulas y pasillos en el escenario ideal para celebrar la fiesta más terrorífica del año y empezar las vacaciones de Half Term. Decimos adiós a un mes y medio intenso, y cogemos fuerza y terminar el trimestre con éxito. Son sobre todo nuestros alumnos de Early Years los que disfrutan de un día diferente lleno de sorpresas y diversión.
Desde los celtas hasta hoy
La propia palabra “Halloween” tiene su origen en Europa ya que se trata de una forma acortada en lengua escocesa de la expresión inglesa Allhallow-even usada como tal por primera vez en el siglo XVI. All Hallows' Even, o también All Hallows' Eve, era el antiguo nombre en inglés de la «víspera de Todos los Santos”. La forma Hallow-e'en» aparece registrada por primera vez en 1745.
Aunque podría parecer que la fiesta de Halloween, tal y como la conocemos hoy en día, nos viene impuesta por la cultura americana y por las películas de Hollywood, la verdad es que su origen lo encontramos en el viejo continente, en la tradición celta de Samhain. Hace más de 2.000 años, los antiguos pueblos celtas celebraban el final de octubre con una gran fiesta para conmemorar el final de la cosecha, bautizada con la palabra gaélica Samhain, que etimológicamente significa “final del verano”.
En esta fiesta, losantiguos celtas almacenaban provisiones para el invierno y sacrificaban animales. Se acababa el tiempo de las cosechas, y a partir de entonces, los días iban a ser más cortos y las noches más largas, y creían que en esta noche de Samhain (del 31 de octubre al 1 de noviembre) los espíritus de los muertosvolvían a visitar el mundo de los mortales, por eso se encendían grandes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus. Era la fiesta nocturna del “Año Nuevo Celta”, que daba paso a la estación oscura.
Cuando conquistaron parte de las Islas Británicas, los romanos adquirieron algunas de las celebraciones celtas y las incorporaron en su calendario, y así pasó la noche de Samhain a ser fiesta romana convertida en festivales dedicados a la diosa romana de la cosecha, Pomona. Por la parte católica, el Papa Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre, y su sucesor, Gregorio IV, extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX en un intento de darle un marco sagrado a la arraigada tradición pagana. Y, como en todas las celebraciones cristianas importantes la vigilia de Todos los Santos comienza la noche anterior.
Pero esta tradición aún tenía que viajar más y cruzar el Atlántico. Fue en 1845, cuando Irlanda experimentó su peor crisis económica y social, en lo que se conoce como la Gran Hambruna Irlandesa. Muchos miles de irlandeses emigraron a otros países, principalmente Estados Unidos, en busca de trabajo. Los irlandeses llevaron allí muchas de sus tradiciones, y así fue como All Hallows Eve se convirtió en Halloween. Con la intervención norteamericana, la celebración tomó un cariz mucho más pintoresco, y desde luego mucho más comercial.
A pesar de su origen tenebroso, lo más curioso de esta celebración no es tanto su carácter lúgubre, sino la mezcla de culturas paganas y religiosas, la combinación de cuentos y leyendas que permiten celebrar en una sola fecha tradiciones ancestrales de pueblos de todo el mundo.